Utensilios en buen estado.
Limpiar forma parte del mantenimiento habitual de cualquier espacio y, por supuesto, de la casa. Pero hacerlo con unos utensilios en mal estado y deteriorados puede dificultar bastante las tareas (y comprometer seriamente los resultados). De ahí que sea especialmente importante cuidar las herramientas que se utilizan.
La escoba, por ejemplo, es un básico que no debe faltar en ningún hogar. Sus cuidados deben ser continuos aunque, por fortuna, son de lo más sencillos. Basta un lavado con agua y jabón para después ponerla a secar boca abajo. Una vez eliminada toda humedad, se repasa con un cepillo para acabar de retirar cualquier resto de suciedad.
Los estropajos de acero requieren también atención. En este caso, y para evitar la oxidación, conviene introducirlos en agua jabonosa o envolverlos en papel de aluminio. Se aconseja, además, para ahorrar por doble partida, dividirlos por la mitad.
Las esponjas, por otro lado, se mantendrán impecables si se ponen a remojo en agua con vinagre tras cada uso. Y las gamuzas prolongarán su vida útil si, una vez finalizada su tarea, se lavan con agua tibia y se aclaran minuciosamente antes de ponerlas a secar siempre alejadas de una fuente de calor!.
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Fuentes: Hogarmania, Eurosanex.
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